Siempe hay una primera vez para todo. Desde que era joven me ha gustado expresarme mediante la escritura. Tenia 10 años, es decir ya ha llovido mucho y el escritorio ha cambiado sustancialmente. Desde el lápiz y aquel trozo de papel en blanco que envolvía el jabón Heno de Pravia para utilizar a modo de cuartilla a una tableta o un teléfono obviando el folio y la fotocopiadora.
El tema o asunto siempre el mismo. Dejar hablar al corazón sin cortapisas. Lo necesito para vivir aunque haya amigos que confundan esos «latidos» como formas dramáticas e inquietantes de mi carácter. Nada más lejos de la realidad.
No soy para nada triste aunque ha habido acontecimientos en mi vida que me han marcado profundamente. Ello me ha servido para crecer en fortaleza y sabiduría no mirando atrás nada más que para adelantar o ir más deprisa.
Condicionada muchas veces por las circunstancias forjadas en mi juventud no ha sido hasta bien llegada la madurez cuando mis sentimientos se han podido expresar, no ya en libertad que la tenemos hace tiempo, sino con sinceridad desmedida.
He pedido permiso para entrar y también para quedarme aunque no sé hasta cuando.
Hasta pronto
¡Qué lindo ver que esto comenzó así, y se ha desarrollado en un blog tan bonito!
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Bueno, ha habido una evolución, pero la esencia es la misma. Podrás comprobarlo tú mismo. Gracias por llegar y feliz noche.
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Me alegro de haber descubierto este blog.
Me encantaría invitarte a tomar un té en el zoco conmigo para que sigamos charlando.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Pues puede ser la hora del te y además aromatizado como solo en Marruecos lo he tomado. Me alegro de que me hayas descubierto. Gas.
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