Debo confesarte algo. Yo estaba equivocada y tú estabas ahí. No sé en qué momento, pero estabas. Muy inteligente tu forma de responder. Y no te preocupes por las horas, las tengo todas para ti. Como sabes el sueño no es mi mejor amigo. A veces entremezclo el día con la noche en una amalgama de sueños y vigilias en total desorden.
Así hablo conmigo misma y todos los ruidos me son ajenos y propios a la vez. Oigo pasos y estos no me dicen si vienes o te ausentas. Y quiero creer que la vida es mitad luz mitad sombra. Tú te encargas de recordármelo más de lo que te imaginas no siendo consciente de ello. No me podrás entender, no porque no me explique bien sino porque sólo ves una parte.
Lo único importante para mí es el hecho de que tú existas y yo sufra, no debes temer por esto en verdad, y de que no pueda extrapolarme más lejos de yo misma. Y me quedaré tras de ti, fuera de ti. No temas aunque nunca me abras la cancela de tu corazón dejándome fuera de todos tus momentos.
La vida suele ser así de extraña. Te pasas toda ella en búsqueda de la felicidad y al final la encuentras a destiempo y a contracorriente. Siempre río arriba que sólo pueden remontar los atrevidos, los osados y los egoístas. Yo no soy ninguna de esas cosas.
Me quedo con ese corte, ecdm … : » … y de que no pueda extrapolarme más lejos de yo misma.» y con ese descorazonador final … que aún y siéndolo suele ser como tú dices …m es difícil remontar esos obstáculos.
Un abrazo y feliz noche, amiga
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Triste pero real como la vida misma. Lo digo sobre todo por la frase: «Lo único importante para mí es el hecho de que tú existas y yo sufra,…»
Un beso 😉
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