No te preocupes, no me he ido,
¿cómo iba a irme sin saber?
Somos el tiempo que nos queda.
J.M. Caballero Bonald
Seguramente me habré enamorado de un ángel al que no puedo ver, pero me gusta ser respetuosa con aquello que no veo pero en lo que creo.
Miro arriba…me detengo…resoplo…acaricio el viento…estoy distraída…¡oh cielos que no habláis! ¿Habitan los ángeles esos espacios? Hay una sombra extraviada que me turba, que me ignora, que presupone sin suponer, que vive fuera sin estar dentro y que quizás piense más de lo que haya que razonar.
Los filósofos dicen que en esos lugares es donde habita el alma. Yo también vivo sin saber, sin conocer, sin oír y sin destino. El tiempo se me va en un volar sin alas…no puedo detenerlo…lo quisiera para ayer, pero el tiempo de Dios no es el tiempo mío
Somos el tiempo que nos queda.
Llevo un buen rato mirando hacia arriba y es cierto, ahí está, amiga Mar.
Una entrada preciosa y una despedida para recordar.
Un abrazo y feliz tarde, amiga.
Me gustaMe gusta
Ahí está todo y Todo, dicen. Como yo escribo hoy, me gusta creer aún en lo que no veo… ¿Qué sería de nosotros sin creer? Buena tarde.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Las creencias son el aliciente de la vida.
Bonitas y ciertas letras.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
«Cree en algo, pero cree», dijo alguien. Gracias.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Bonito texto. La fe es imprescindible para vivir, lo recoges muy bien en la frase «cree en algo, pero cree). Un abrazo, y buen fin de semana.
Me gustaLe gusta a 1 persona