Si alguna vez has navegado por el mar de sus ojos,
si los rescoldos de tu melancolía se extinguieron sin querer mirar atrás,
si tu poesía halló inspiración en el aroma de una prosa desconocida,
si el instante de su latido cercano te despertó la magia,
si abandonaste la realidad para abrazar lo que tu alma sentía,
si el simple roce de una mano aceleró tu corazón,
si su abrazo ha crujido como un látigo tu alma,
si llegó para poblar de estrellas tus insomnios.
¿Has vuelto a contemplar de madrugada la luna?
¿Has esperado al sol antes de que los pájaros busquen asilo en su sombra?
¿Cambiaste la hora de los relojes con la llegada de un tiempo diferente?
Si todo esto has sentido y te has preguntado, significa que quizás el ayer no fue más que un susurro.
Convéncete entonces de que hoy amas, esa incontrolable realidad que nos hace sentir vivos.