Quisiera detener la vida en un instante, un instante de amor contigo.
Con tu rostro pegado al mío, con mi cuerpo aferrado al tuyo.
Paladear besos apasionados que dejen en mí un sabor a miel.
El amor me despierta del hastío hasta emborracharme de ti. La quietud del cielo y el agua mojan el corazón hasta ahogarlo, mi sudor no desaparece y el calor me ahoga.
Hay algo poderoso que extermina las situaciones de querencia extrema, tú lo sabes, yo lo sé y puede que estemos extrañamente confundidos, pero sentir así bien vale cualquier equivocación.
El amor es como seguir a las nubes empujadas por el viento, hay que contonearlo, pero no aferrarse a él como un asidero seguro porque no te dejará que lo toques, es en esa libertad lo que lo hace grande.
Su magnitud, la que aquí y ahora yo derrocho por ti, será, mucho me temo, lo imposible que desemboque en la eternidad.